Cuando se diagnostica cáncer casi siempre tiene un impacto enorme en la mayoría de los pacientes y familia. La depresión, ansiedad y miedo son sentimientos muy comunes y normales a esta experiencia que cambiará por completo su vida. Los síntomas físicos, tal como dolor, náusea o cansancio extremo, probablemente causen también angustia emocional. Las personas también podrían sentir miedo a la muerte, al sufrimiento, al dolor o a todas las cosas desconocidas que podrían acontecer.
También los familiares y los cuidadores de un paciente a menudo también tienen estos sentimientos de depresión, miedo y ansiedad, ya que podrían temer perder a su ser querido. Además, es posible que sientan enojo porque un ser querido tiene cáncer, frustración por “no poder hacer lo suficiente” o tensión porque tienen que trabajar más en el hogar.
Las personas con cáncer, así como sus familiares y amigos, pueden sentir angustia sobre estos asuntos en cualquier momento después de un diagnóstico de cáncer, incluso muchos años después de haber terminado el tratamiento contra el cáncer. A medida que la situación alrededor del cáncer cambia, todos tienen que lidiar con nuevos factores estresantes junto con los que había ya antes, y sus sentimientos a menudo cambian.
Cómo apoyar para reducir estos sentimientos de depresión, miedo y ansiedad
El apoyo psicológico suele ser un factor muy importante para comenzar a sentir menos depresión, miedo y ansiedad. Las personas con cáncer encuentran alentador que otros les escuchen y apoyen con los aspectos prácticos de sobrellevar el cáncer. Pedirle a los familiares y seres queridos este tipo de apoyo puede ayudar a reducir la angustia en el paciente y en aquellos que están a su cuidado.
La depresión y la persona con cáncer
Es normal afligirse debido a los cambios que el cáncer ocasiona en la vida de una persona. El futuro, el cual quizás se veía tan seguro, puede parecer incierto ahora. Puede que algunos sueños y planes que se tenían contemplados ya no sean posibles. Pero si una persona ha estado triste durante un mucho tiempo o tiene problemas para sobrellevar las actividades cotidianas, puede que tenga depresión clínica. De hecho, hasta una de cada cuatro personas con cáncer presenta depresión clínica.
La depresión clínica causa gran angustia, ineficiencia en el desempeño e incluso puede hacer que la persona con cáncer tenga una menor capacidad de seguir un plan de tratamiento. La buena noticia es que la depresión clínica puede ser tratada.
Si alguien que usted conoce presenta síntomas de depresión clínica, anímele para que busque ayuda. Existen muchas maneras para tratar la depresión clínica incluyendo medicamentos, asesoría o una combinación de ambos. Los tratamientos pueden reducir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida.
Depresión clínica y sus síntomas
Estado de ánimo triste, resignado o “vacío” de manera persistente durante la mayor parte del día.Pérdida del interés o del placer para casi toda actividad durante la mayor parte del tiempo. Pérdida significativa de peso (sin hacer dieta) o un gran incremento en el peso. Sentirse “apagado” o fatigado y agitado casi todos los días, lo suficiente como para que los demás lo noten. Cansancio extremo o pérdida de energía. Dificultad para dormir y despertarse muy temprano, dormir en exceso o no poder conciliar el sueño. Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones. Sentirse culpable, despreciable o indefenso. Pensamientos frecuentes de muerte o suicidio (no solo temor a morir), planes o intentos de suicidio.
Algunos de estos síntomas, tal como cambios en el peso, cansancio, o incluso la mala memoria pueden ser causados por el cáncer en sí y su tratamiento. No obstante, si cinco o más de estos síntomas se presentan casi a diario por dos o más semanas, o si son lo suficientemente graves para interferir con las actividades cotidianas, podría tratarse de depresión. Si éste es el caso, aliente a la persona afectada a que se someta a una revisión por un profesional médico o de salud mental para ver si tiene depresión clínica. Si la persona trata de hacerse daño a sí misma, o tiene planes de hacerlo, se requiere intervenir con ayuda inmediatamente.
Medidas que se pueden tomar para ayudar a la persona con cáncer que está clínicamente deprimida
Aliente a la persona deprimida a que continúe su tratamiento de la depresión hasta que los síntomas mejoren, o a hablar con el médico sobre un tratamiento distinto si no observa mejoría tras 2 o 3 semanas. Promueva la actividad física, especialmente el ejercicio moderado como caminar diariamente. Ayude a concertar las citas para el tratamiento de salud mental de ser necesario. Apoye con el traslado (transporte) para acudir al tratamiento de ser necesario. Involucre a la persona en las conversaciones y en actividades gratas. Recuerde que está bien sentirse triste y lamentar las pérdidas que el cáncer ha traído a su vida y a la de sus seres queridos. Percátese de que ser pesimista y pensar que no hay esperanzas son síntomas de depresión y debe aliviarse con el tratamiento. Reconforte a la persona diciéndole que con el tiempo y el tratamiento empezará a sentirse mejor, y aunque en ocasiones es necesario incurrir en cambios en el tratamiento, es importante ser paciente.
Si usted sospecha que puede estar deprimido, consulte con un médico. Tome tiempo para obtener la ayuda y el apoyo que necesita.
Lo que no se debe hacer
Reprimir los sentimientos. Forzar a alguien a hablar cuando no está preparado para ello. Culparse a sí mismo o a otra persona por sentir depresión. Decir a una persona “anímate” cuando se siente deprimida. Intentar razonar con una persona cuya depresión parece ser grave. En su lugar, hable con el médico sobre medicamentos u otro tipo de ayuda.
Lo que puede hacer para ayudar a disminuir la depresión, miedo y ansiedad
Anímense unos a otros, pero no ejercer presión, para hablar. Compartir sentimientos y miedos que usted o la persona con angustia esté experimentando. Escuchar atentamente los sentimientos de la otra persona Ofrezca apoyo, pero no desdiga o minimice sentimientos. Recordar que está bien sentir tristeza y frustración. Busque ayuda a través de la asesoría y/o grupos de apoyo. Haga uso de la oración, la meditación, u otros tipos de apoyo espiritual, si ayudan. Intente la respiración profunda y los ejercicios de relajación Cierre sus ojos, respire profundamente, concéntrese en cada parte del cuerpo y relájela, empezando por los dedos de los pies y terminando en la cabeza. Cuando esté relajado, trate de pensar en un lugar agradable donde quisiera estar, por ejemplo, en una playa por la mañana o en el campo en un día de primavera. Consultar con un médico sobre el uso de medicamentos antidepresivos y contra la ansiedad.
Lo que no se debe hacer
Reprimir los sentimientos. Forzar a alguien a hablar cuando no está preparado para ello. Culparse a sí mismo o a otra persona por sentir miedo o ansiedad. Procurar razonar con la persona cuyos miedos y ansiedades sean severos; consulte al médico sobre medicamentos y otros tipos de ayuda.
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